lunes, 22 de diciembre de 2014

El amor mata.

Y se supone que el amor te debería mantener en un estado interminable de felicidad y armonía. Pero no siempre es así. De hecho, el amor duele, amar duele. Duele porque a veces el amor no es correspondido, porque esa persona tal vez no es la indicada, pero tú, al estar ciegamente enamorado, no te das cuenta que no sera la única ni la última persona que conozcas. El amor te convierte en un individuo incapaz de ser objetivo y pensar en las consecuencias que conllevan ciertas acciones. El amor mata. El amor hiere. El amor deprime. Cuando esa persona no te ama, cuando no te mira como tu lo miras a él, cuando pasa por tu lado y no te mira con añoro, cuando al pensar en ti solo piensa en un amigo...allí, el amor duele más de lo que puedes imaginar.
Para algunos, ese momento de dolor vale la pena...cualquier cosa vale la pena porque el amor puede con todo y derrota toda tristeza. La satisfacción de amar y ser amado supera cualquier tristeza en el mundo. Es una visión romántica en la que el dolor es sumergido bajo la grandeza del amor. Pero no es real, a veces el dolor es tan grande que ni el amor puede curarlo. En ese momento es cuando tenemos que reaccionar y dejar atrás a esa persona que tanto amas pero que te causa más dolor del que puedes manejar. 

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